Con el toque de la última fanfarria, nativos, visitantes y profesionales, fueron poco a poco abandonando el recinto, hasta que éste quedó desierto -si exceptuamos a coleópteros, reptiles y pequeños roedores-.Quien más, quien menos, regresa a su casa o va en busca de su próxima cita, con una sensación indefinida, sí, de indefinición, de ambigüendad, de.... y al final, cómo han quedado las cosas? ¿Quiénes han ganado? ¿Qué conclusiones debemos sacar?
Y yo les comprendo, porque después de todo un día de justas y de ajustes no podemos asegurar quiénes son vencedores y quiénes vencidos y nos volvemos sin ninguna conclusión que nos alivie el hambre o la sed.
Tal vez, el único duelo en el que se puede hablar de vencedor es el que han disputado Heráclito de Éfeso y Parménides de Elea, pues, aunque sea con muy poco margen, todo fluye.
5 comentarios:
Son las circunstancias y la hora ideales para dejarse caer por una de esas arboledas y besarse.
Besarse en la árboleda por la tarde... con el ánimo de no haber vencedores ni vencidos... con el deseo sereno...
Creo que yo también lo haría.
Y cómo quedó el duelo entre Newton y Leibniz? Quién de los dos descubrió el cálculo infinitesimal? Es importante, tengo una apuesta de envergadura por uno de ellos.
Espero que apostaras por los dos. Pues los dos ganaron.
Pero volvamos a los besos rodeados de mosquitos.
Otro montaje?? Was ist das?!
Publicar un comentario